martes, 29 de junio de 2010

Por què el cerebro revolucionarà el Marketing

Eduardo Hornos Barberis, uno de los mayores especialistas en neurociencia del país, explica  que “el cerebro es imprevisible, pero nuestra lógica de consumo no”. Por qué la mente puede ser clave para el marketing.


NEUROCIENCIA. Para Hornos Barberis su estudio interesa al campo del marketing.

¿Cómo se construye el conocimiento? ¿Se puede medir la calidad del razonamiento? ¿Cómo actúa la memoria en nuestras toma de decisiones? ¿Qué es lo más importante del ser humano? Todas esas preguntas fueron respondidas por el especialista.

“El conocimiento humano se ha ido abriendo camino a través de la historia y ha servido para que las personas tengan una vida mejor. En Argentina, las empresas son indiferentes porque en la cabeza los empresarios están pensando más en cuestiones de corto plazo que de largo plazo. Estamos en una presencia de transformación integral de las tecnologías conocidas”, afirma Hornos Barberis. La revolución del conocimiento –que ya se está desarrollando- tendrá implicancias en todos los campos, incluido el marketing y los procesos internos que llevan a los consumidores a elegir determinadas marcas.

En esa toma de decisiones también juega un papel fundamental la memoria. La memoria tiene distintos fenómenos de construcción. Según Barberis, antes se creía que en la memoria no había una impregnación de las emociones. “Hoy sabemos que en función de la intensidad de las experiencias se fija esa memoria, en una área determinada del cerebro. Y si este episodio es reiterado migra de un área a otra área del cerebro y la memoria de corto plazo se termina convirtiendo largo plazo. En consecuencia, frente a determinados estímulos las personas tienen ciertos condicionamiento en su respuesta”, resume el especialista.

QUIÉN ES QUIEN

Hornos Barberis es el actual Presidente del Instituto Practicum de Madrid, España y Decano Mayor del Instituto Universitario PRACTICUM de la misma ciudad. Tiene un Master en Pedagogía de la Comprensión. Universidad de Harvard y, además, es Director de la Red Informática de Medicina Avanzada y del Programa de Aceleración Cognitiva Script Concordance Test.

Como consecuencia directa, las empresas se acercan a las universidades para estudiar o interesarse cada vez más el campo de la genética y neurociencia. Según Hornos Barberis, estamos en una presencia silenciosa de una nueva era en la humanidad que estamos pasando a la construcción de vida sintética y a un conocimiento extremadamente profundo del funcionamiento del cerebro y de entender aspectos de nuestra conducta.

La forma en la que están concebidas las empresas también va a modificarse en los próximos 25 años. “Por ejemplo, habrá vegetales que van a tener la capacidad de producir alcoholes, que pueden servir como combustible y reemplazarán completamente al petróleo y serán capaces de producir, en consecuencia, de otra forma los alimentos. Esto va a tener una enorme incidencia en el funcionamiento de las empresas. Esto ya no es fantasía sino que es realidad. En muchos centros de investigación se esta avanzando enormemente en este campo y en 25 años vamos a ver otra tipo de empresas”, ilustra Hornos Barberis.

HORNOS BARBERIS. Afirma que la lógica de consumo no es imprevisible.

“En la construcción de nuestras experiencias y de nuestra mente somos previsiblemente irracionales”, asegura Hornos Barberis. Y agrega: “En general, la cultura occidental ha separado el pensamiento de sentimientos, las emociones del razonamiento. Hemos caido en errores que nos han permitido tener una mejor percepción de la realidad. Y esto provocó que seamos más fácilmente manipulables”, resume.

Con todo esto, las empresas están ante un cambio de paradigma. Y el tiempo es fundamental. Aquellas que comprendan la importancia de la revolución silenciosa que se está dando dentro del conocimiento se posicionarán mucho mejor de cara al futuro.
 “Las marcas que empiecen a entender cómo se construyen las experiencias en la mente son las que llegarán más al corazón de los consumidores en un futuro. Porque las marcas son objetos simbólicos que forman parte del mundo simbólico de los seres humanos y en función de esas impregnaciones emocionales y de la construcción emocional de la marca se garantizará su superviviencia. Hoy ya no importa tanto la fuerza, sino la inteligencia y la emoción que se ponga en la construcción de una marca”, admite el especialista.

De la Redacción de FortunaWeb.

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