CARLOS MANZONI LA NACIÓN
Cada vez que un futbolista hace un gol, un tenista cierra un punto o un golfista consigue un birdie, hay una persona que festeja algo más que un logro deportivo. Se trata del manager; que invirtió dinero cuando el jugador era un desconocido, financió su formación y ahora recoge los frutos de un negocio millonario y riesgoso.
Es millonario si se piensa en las fortunas que cobran muchos de estos deportistas cuando triunfan, pero riesgoso si se considera la cantidad de aspirantes en los que se apostó un capital y quedaron en el camino. Detrás de Lionel Messi, que cobra diez millones de euros por año; de Juan Martín del Potro, que ganó este año 3.693.087 de dólares sólo por jugar, o Ángel Cabrera, que acumuló en 2009 premios por 2.625.472 dólares, hay miles de sueños truncos.
El golf es uno de los deportes que más ganancias reparte en el mundo.
En este universo de greens, palos y tees trabaja Sergio Supertino. "Este es un negocio a largo plazo y exige contratos extensos. Al jugador hay que tomarlo a los 17 años y después hay toda una vida para estar con él", dijo este hombre, que maneja las carreras de Andrés Pigu Romero y Eduardo Gato Romero, entre otros.
Supertino explicó que la relación con el golfista se divide en dos etapas. La primera es de inversión y financiamiento, en la que el manager cubre todos los gastos necesarios para que el jugador se inserte en los grandes circuitos. El desembolso es de unos 300.000 dólares y el plazo ronda entre los tres y los cuatro años.
"El jugador se compromete a dedicarse exclusivamente a jugar al golf, ya que tiene pagos todos los viajes, la capacitación, la preparación física y psicológica, el equipamiento y la manutención de su familia", comentó este experto, que busca a sus "pollos" principalmente en Córdoba, Tucumán y Chaco.
En la segunda etapa, cuando el jugador ya llegó al éxito y genera ingresos propios, se le presta un servicio de management, que consiste en administrar toda su carrera, desde la diagramación de la actividad anual hasta el asesoramiento financiero de sus ingresos y la firma de los contratos publicitarios. A cambio, el manager recibe un 50 por ciento de las ganancias totales, hasta recuperar la inversión inicial, y luego, un 20 por ciento mientras dure el contrato, que generalmente es de diez años.
"Hay distintos casos, pero por lo general, en el cuarto año de relación se recupera la inversión y se empieza a ganar dinero", precisó Supertino, que agregó que un jugador que está entre los primeros 35 puestos en el tour europeo ya es rentable, mientras que con sólo estar en el PGA americano retribuye una excelente ganancia.
Por citar un ejemplo, alguien que está número 25 en el tour americano gana unos tres millones de dólares anuales por jugar y otro tanto en publicidad. Este último ingreso varía según el carisma, la trayectoria y los idiomas que maneje el jugador; características que pueden hacer que la cifra de un contrato sea diez veces mayor o diez veces menor.
En el tenis, sólo diez de los mejores cien juniors del mundo podrán vivir de este deporte. Claudio Landa, quien apostó por Juan Mónaco, toma un último sorbo de café, enciende otro cigarrillo y, respaldado por las matemáticas, concluye: "invertir en tenistas es buen negocio sólo si se les gana a las estadísticas".
Landa dijo que lo que se estila es financiar al joven hasta que llega a posicionarse bien en el ranking, lo que demanda unos 100.000 dólares y unos tres o cuatro años. Después se cobra un 80 por ciento de lo que gane hasta recuperar la inversión. Una vez recuperado el dinero desembolsado en los años anteriores, se estipula que el manager cobre un 20 por ciento de las ganancias mensuales.
"Con esta fórmula los que tienen un jugador ubicado del número 50 para abajo del ranking recuperan lo invertido en tres años", dijo el manager, que tiene un trato diferente con Mónaco, por su buena relación con el tenista y su familia.
Según sus cálculos, un jugador que logre ubicarse del puesto 50 al 100 al final de la carrera no conserva nada de lo cobrado; del 50 al 30, logra pocos ahorros; del 30 al 15, puede guardar unos 2 millones de dólares y del 15 al uno alcanza cifras siderales. Además, los "top 15" cobran por publicidad cinco veces más de lo que ganan por jugar.
El problema es que, como el riesgo es grande, algunos managers que se dedican a este negocio minimizan los costos, lo que influye en el destino del jugador; porque no es lo mismo tener un coach para cada pupilo que uno para diez. "Así, un jugador que podía llegar a meterse entre los 30 mejores queda entre el puesto 80 y el 100", explica Landa.
En el fútbol, según Marcelo Lombilla, se invierten unos 1.000 pesos mensuales por jugador, más todo el gasto en indumentaria. "Tomamos chicos que pinten con la calidad como para llegar a Europa. A partir de ahí se trabaja en la ciudadanía europea y se les paga un viático". Uno de ellos es Fernando Gago, comprado por el Real Madrid hace tres años en 28 millones de dólares.
"Sólo cobramos cuando lo exportamos. Acordamos entre el 10 y el 15 por ciento de lo que el jugador cobre por año. Un contrato en Europa no es menor a 200.000 euros. Pero a partir de ahí no hay techo y puede llegar a millones", contó Lombilla, que tiene como socio a Osvaldo Coloccini, ex defensor de Vélez Sarsfield y San Lorenzo de Almagro y padre de Frabricio, actual jugador del Deportivo La Coruña. Además, el manager agregó que si la venta la gestiona él, cobra una comisión del 10 por ciento de la operación (el jugador tiene derecho a un 15 por ciento como mínimo y el resto queda para el club vendedor).
Consciente de que todo el mundo habla de los millones que genera el fútbol, Landa señala: "creo que es un negocio para el que tiene vocación, pues hay que estar al lado del jugador en toda su carrera. Jamás le haría invertir a un amigo en el fútbol, porque no es fácil encontrar el diamante, formarlo y lograr que explote".
Las cifras del riesgo y retorno
CUÁNTO ARRIESGAN
Golf. El manager invierte en el jugador unos 300.000 dólares durante tres o cuatro años.
Tenis. Pone 100.000 dólares durante tres o cuatro años.
Fútbol. Invierte 1.000 pesos mensuales por jugador, más indumentaria, hasta que llega a Primera.
CUÁNTO GANAN
Golf. El manager cobra 50 por ciento de lo que gane el golfista hasta recuperar la inversión; luego, 20 por ciento.
Tenis. Gana 80 por ciento de lo que recaude el tenista hasta recuperar la inversión; después, 20 por ciento.
Fútbol. Cobra entre 10 y 15 por ciento de lo que recibe el futbolista por año.
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